jueves, junio 28, 2007

Inevitable


... ¿y si todo fuera falso... un sueño inevitable en el que mi muerte es más real que el peso de este cuerpo suspendido en la oscuridad de tu mente... una idea inevitable sobre el sigificado de este olor en el viento, acre y espantoso por desconocido, que corroe mis tinieblas... un sentimiento inevitable de estar en alguna parte y no saber qué está sucediento más allá del ámbito cerrado de mi soledad... una historia inevitable implantada en mi mente por el aliento de tus besos, por la premura del amor desesperado de una noche lluviosa en un lugar desconocido, atado a tu cuerpo inevitable que me somete y me aterra con una sensación de calosfrío que recorre mi piel hasta la punta de mi alma desolada... una intensificación inevitable de las emociones que me atora en el tiempo y me impide avanzar en los pensamientos habituales de la conciencia... la repetición inevitable de una escena conocida que ya ha ocurrido cientos de veces en mi vida y que se recrea una y otra vez dándome la sensación de haber vivido mi muerte una y otra vez... de estar besando tu cuerpo etereo una y otra vez... metiéndome en tu sexo humedecido por la saliva de mi boca una y otra vez... probando el sabor ácido y caliente de tu amor enfebrecido una y otra vez?...
*
*

¿y si nada de esto fuera cierto y mi vida es sólo un pensamiento en la mente de alguna entidad desconocida que se divierte inventando historias para que yo, personaje de sus cuentos, las viva con intensidad atormentada como pesadillas estremecedoras que agitan un corazón que no existe... en un tiempo que no existe... en un universo vacío?...

¿y si todo es una mentira inventada por mi mente enferma que me somete a realidades distintas cada vez que despierto y me encuentro con un nombre diferente, una razón diferente para estar aquí con una personalidad desconocida de tan familiar y que me impulsa a vivir historias inevitables de amor y terror, de sexo alucinado entre las piernas de un fantasma?...

¿y si todo es real... qué voy a hacer?


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Imágenes: Tlacuiloco

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miércoles, junio 27, 2007

Sextina



Ayer reencontré mi vida toda
vagando en el lecho moribundo
de un río de recuerdos extraviados,
volátiles, eternos, suspendidos
entre la vida misma y la muerte.
Qué fácil es tener la fe perdida.

Y dando ya mi lucha por perdida,
fue inútil pretender así que toda
la brega de mi ente moribundo
hallase los esfuerzos extraviados,
y plena de alientos suspendidos
burlara los confines de la muerte.

Y al ver la cercanía de mi muerte,
teniendo la esperanza ya perdida,
lloré mi soledad, mi ansia toda,
mi íntimo despecho moribundo.
Los últimos deseos extraviados
resumen mis anhelos suspendidos.

Y así pasó el momento. Suspendidos
mis postreros ocasos por la muerte,
dejé de respirar, porque perdida
la confianza en mi fuerza, llegó toda
la ríspida inquietud del moribundo
de fríos estertores extraviados.

Los breves, fraternales, extraviados
instantes de arrebatos suspendidos
no alejan los dominios de la muerte
y muero de aflicción pues ya perdida
la gracia que bendice y brinda toda
la ruina de mi cuerpo moribundo,

suspiro en mi lecho, moribundo.
Empeño mis recuerdos extraviados,
y atado a mis afanes suspendidos
pretendo esconderme de la muerte,
pretendo rescatar la fe perdida,
pretendo revivir mi vida toda.

Suspendidos mis versos extraviados,
mi canto moribundo y mi muerte,
perdida ya está mi alma toda.

*
*
Imagen: Tlacuiloco

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domingo, junio 24, 2007

De Naufragios




















Estoy perdido en el mar...
el inmenso mar que ruge a mis espaldas,
que destruye mis navíos con furia embravecida,
elevando mi embarcación ante los abismos infinitos
de aguas agitadas por vientos terminales,
maremotos de soledad envejecida,
rompiendo mis velas henchidas de muerte.

Estoy perdido en el mar...
el inmenso mar que arrastra mis redes rotas
hasta los acantilados remotos
donde habitan criaturas extrañas
que danzan entre los despojos y emergen presurosas
desde las profundidades heladas y oscuras
para participar en el festín de las piltrafas
inmersas en sus aguas turbulentas.

Estoy perdido en el mar...
el inmenso mar que lava mis heridas,
que alivia mis brazos cansados,
que me transporta en las crestas de sus olas violentas
y me arroja en las playas inaccesibles de mundos incógnitos
llenos de sombras atemorizantes
que me rodean y me palpan.

Imagen: Tlacuiloco

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sábado, junio 23, 2007

Romance de la Luz y la Luna


Luz que se filtra a lo lejos
entre la fresca enramada
que se yergue majestuosa
en el patio de mi casa.
Luna que cubre los cielos
con feroces marejadas
de reflejos inquietantes
sobre la oscura montaña.
Luz de pálidos fulgores
que me han robado la calma,
ríos de luna que corren
por las espigas doradas,
olas de luz y de luna,
cabelleras nacaradas
de los trigales que mecen
los vientos de la cañada.

*
“Ay Luna de mi fortuna
que te llevaste mi alma,
cuando bajarás del cielo,
al umbral de mi ventana.”
“Nunca, desdichado amigo,
nunca en esta vida amarga
que haz de vivir muriendo
con un nudo en la garganta.”
“Ay Luz de mis ojos tristes
que te llevaste mi alma,
cuando volveré a verte
en la orilla de mi cama.”
“Nunca, desdichado amigo,
nunca en esta vida amarga
que haz de vivir muriendo
con un nudo en la garganta.”

*
Vago el camino sin rumbo,
perdida toda esperanza,
busco en la tierra una grieta
donde fijar mi morada;
vago perdido en el monte
verde de puro esmeralda,
vago el camino sin rumbo,
sin luna, sin luz, sin alma.


imagen: Tlacuiloco

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lunes, junio 18, 2007

Sombras














...y al llegar la noche se transformaba y viajaba por los aires hasta la isleta del lago para perderse entre la vegetación acechando a los amantes furtivos que se acariciban febriles en las riveras, y se deslizaba volando bajo, imperceptible, en silencio mortal hasta situarse tras ellos, y se colgaba de la rama de un ahuehuete centenario, bocabajo, alimentándose de gemidos y jadeos, de caricias bajo la ropa, de besos clandestinos... hasta sentir que su cuerpo se humedecía y el ambiente se llenaba del aroma amargo del almizcle milenario. Sus ojos amarillos destellaban en la oscuridad como luciérnagas volubles, llenas de fuego y deseo... llenas amor y de miedo...

Imagen: Tlacuiloco

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viernes, junio 15, 2007

Invisible

Si te busco en los árboles
y no te encuentro
¿habrás desaparecido de veras?
*
Y si entre las hojas del arbusto
no aparece tu imagen
¿habrás desaparecido de veras?
*
Si te volviste invisible
yo sé que aparecerás.
*
*
Imagen: Tlacuiloco

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jueves, junio 14, 2007

Cuelga Tú Primero...



“¡Eres un idiota!” –me gritó furiosa la Luz de mis vergüenzas al día siguiente por teléfono- “Allí estoy yo de tu pendeja, tratando de revivir muertos y bailando el cuchi-cuchi para que el señorito se acueste a dormir en el día más importante de la historia moderna. ¿Qué no te diste cuenta de la trascendencia de nuestra celebración? ¡Logramos reunir un millón doscientos mil desalmados marchando en silencio a favor de Andrés Manuel!... ¡En silencio!... Tú no sabes lo difícil que es mantener juntos a una runfla de izquierdosos irredentos sin que empiecen a gritar consignas y a morderse unos a otros... ¡Y lo conseguimos!... ¿Sabes lo que nos costó? ¿Sabes lo que nos tardamos?... La "Soul Suckers Incorporated” es una empresa seria, certificada en ISO 9000 y con reconocimientos en todo el inframundo, oyes. ¡Fue un triunfo!... ¿Me escuchas?... ¡Un éxito!... Y yo merecía celebrar eso con un hombre de verdad... y nada... que me pasé de babosa y de entre decenas de miles de desalmados que marcharon formaditos y en perfecto orden, yo tuve que escoger al único idiota que se la pasa riendo y se queda dormido en el acto... Ya me lo decía mi mamá: “Hija mía, el hombre blanco y barbado no es Dios... te ofrece muchos regalos y al final son puros palos”... Pero tú ni eso... ¿Bueno?... ¿Todavía estás allí?... ¡No me vayas a colgar porque no te la acabas!... Sí, ya sé que te duele la cabeza, pero yo tengo una reputación que cuidar, tarado. ¿Qué no sabes?... ¡Qué van a decir mis colegas!... Y con lo intrigosas que son la Luna y sus cuatas... ¡No me la voy a acabar!... Se van a burlar de mí como se burló el imbecil del hotel cuando salí sola a media noche y se me quedó viendo con su estúpida sonrisa de “yasetesebóchiquitita”... ¡Qué humillación, Dios mío, que humillación!... Eso me pasa por pendeja... pero te lo juro chiquitito que esto se te acaba... ¿Y todavía te atreves a decirme que no te grite?... ¿Que te duele la cabeza?... ¡Por mí arráncatela! Yo no estoy para estos trotes... ¡Y me vale madre que hayas pasado una noche de perros soñando pesadillas! Porque... ay, no me digas... ¿eso soñaste?... ¿de veras?... No, pues si que estuvo feo... de haber sabido... ay, pobrecito... creo que exageré la dosis contigo... pero ya no llore... sea machito... aquí está la Luz de su mal dormir que lo va a consolar... si quieres paso por ti y nos vamos a comer pancita... allá por la Buenos Aires se pone una amiga mía que vende un menudo picosísimo y cuasi esotérico que lo cura todo... Sin miedo, nene... que vas conmigo... OK, nos vemos al ratito, ¿sale?... Nooo, cuelga tú primero... Bueno, chao, y a las tres colgamos... uno... dos... clic.
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*
*
Nueva imagen: Tlacuiloco

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sábado, junio 09, 2007

La Celebración


No sé si Luna marchó con nosotros ese día (a duras penas recuerdo que marché yo), pero la Luz de mis desconsuelos se mantuvo muy activa durante la procesión y de buenas a primeras se me desaparecía y se iba volando sobre nuestras cabezas y recorría la columna de principio a fin para supervisar que todos sus participantes desalmados caminaran en orden, pancarta en ristre, y respetaran las jardineras del Paseo de la Reforma. Llegamos al Zócalo con la lengua de fuera y el corazón en la garganta y todavía tuvimos ánimos para dar la tradicional vuelta con el puño izquierdo en alto y gritando consignas pejelagartas.

Al terminar la marcha nos fuimos a celebrar a la primera cantina que encontramos abierta y entre caldo de caracol panteonero y cerveza negra se nos pasó la tarde. Yo me acercaba insinuante a la Luz de mis calenturas metiendo la mano entre sus piernas y ella se separaba sonriente, coqueta y voluptuosa. Al final convenimos pasar la noche en un hotel de Tlalpan sin sospechar que quedaríamos inmortalizados para la posteridad. (Si se apuran y tienen suerte, en algunos puestos callejeros de Tepis pueden encontrar la evidencia de aquella larga noche de mi mal. Ha tenido mucho éxito).

Llegamos al hotel, ella hermosa e imponente y yo obnubilado por la cerveza y la desalmación. La Luz de mi noche triste hizo los trámites en la administración porque yo no podía articular más de dos palabras juntas y el dependiente me miraba burlón mientras yo, con una sonrisa cómplice, le guiñaba el ojo. Entramos a la habitación y comenzó el show. Ella se acercó a mí y me dio un beso largo y profundo pegando su cuerpo al mío, (nunca he comprendido como puede hacer tantas acrobacias con la lengua). Yo respondía con una risita estúpida y borracha y le acariciaba el cuerpo sobre la ropa.

Como pude, le desabotoné la blusa dejando ver sus hermosos senos enfundados en un espectacular y pequeñísimo brassier tricolor que luché desesperadamente por desabrochar sin éxito. Cuando estaba a punto de rendirme, la Luz de mis dedos temblorosos se separó un poco y arqueándose apenas hacia atrás, llevó sus manos a la espalda y soltó el broche de inmediato (¡Bruja! ¿Cómo le haces?). Sus bellos senos quedaron flotando ante mi mirada perdida y acercando mi boca jugué un rato a endurecer sus pezones con la lengua. Un repentino ataque de risa me impedía concentrarme en lo que estaba haciendo.

Ella se retiró de mí haciendo un mohín de disgusto y comenzó a bailar sugestiva y erótica mientras se iba despojando de la falda y las medias quedando tan sólo en la diminuta tanga tricolor que dejaba ver el tatuaje de la “Soul Suckers Incorporated” en la nalga derecha. Me recosté riendo en la cama para admirar como meneaba la cadera con un ritmo lento y sensual. Sus manos expertas recorrían su cuerpo acariciándolo con suavidad y jugueteando a que se quitaba y a que se dejaba la tanguita. Me miraba sonriendo lúbricamente mientras humedecía sus labios con la lengua... Recargué la cabeza en la almohada y al cerrar los ojos me quedé profundamente dormido.
*
*
Imagen: Tlacuiloco

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Letanía


Luz de sol, Luz de luna,
Luz de reflejos dorados,
Luz que ilumina los pasos
de mi alma sin fortuna.

Luz completa, Luz de día
Luz que mi cuerpo conoce,
oscuridad de mis noches,
paradoja de mi vida

Luz de fragancia temprana
Luz de mis ojos cansados,
Luz que adormece mis fados,
Alondra de la mañana,

Luz de mi alma robada,
alma de Luz encendida.
Luz de mi alma perdida,
alma de Luz olvidada.

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Imágen: Sandra

Redondillas: luis david


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viernes, junio 01, 2007

Un dolor en el inconsciente

Pero déjenme contarles mexicanas y mexicanos que ese día amanecí con el inconsciente adolorido. Pasé una noche tormentosa buscando la Luz de mis ojos y no pegué las pestañas en toda la velada. Un murmullo persistente dentro de la cabeza me repetía una cantinela que no alcanzaba a comprender. Recorrí los callejones oscuros de la ciudad deteniéndome en las encrucijadas para aullar a la luna. Un escalofrío recorría mi espalda cada vez que la voz de mi interior me musitaba la frasecita aquella en un volumen tan bajo que resultaba casi inaudible. A ratos me parecía percibir entre zumbidos lo que parecía ser un grito aterrador del que no podía identificar su origen y sólo sabía que me afectaba tanto que me sentía desfallecer.


A media mañana, cuando regresaba a casa pasé por un puesto callejero de películas piratas y compré una de contenido educativo que se llama “Hoteles de Tlalpan” (no lo hagan ustedes, niños y niñas, porque es delito y se ve muy mal). Llegué a mi casa cansado, con los ojos amarillos y un vacío en el alma. Quise desayunar algo pero el estómago me dio un vuelco con la sola idea de probar bocado. Me fui a la recámara e intenté leer un rato la Jornada que daba la noticia de uno más de los frecuentes dislates del Presidente Fox. Aburrido con lo que ya es una rutina dejé de lado el periódico y puse en el reproductor el disco con la película que había comprado y cuál va siendo mi sorpresa, señoras y señores, al verme grabado en impresionante labor de refocilamiento con la Luz de mis días la misma noche en que la alevanté del teibol aquel. ¡Jesús, María y José! ¡Ya no hay moral!



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( Esta parte de la historia tiene fondo musical. La melodía que se escucha es el King/Brubeck Jam con los maestros BB King y Dave Brubeck. Pueden encontrar el soundtrack original en las librerías Gandhi... si andan de suerte. El disco se llama King of Blues y está de rechupete)


Aunque la película se veía bastante mal y no tenía más que una toma directa, era suficiente para recordar la escena y darme cuenta de algunos detalles que pasé por alto esa noche en la urgencia de dar rienda suelta a mi deseo. Recuerdo que eran los tiempos heroicos de la lucha contra el desafuero de López Obrador y en la pantalla alcancé a distinguir lo que parecía ser el moñito de la resistencia civil en la solapa mi saco. Me tumbé desnudo en la cama y la Luz de mis ojos me repitió el espectáculo nocturno de despojarse lentamente de la ropa y allí me pude percatar de algo que me pareció una buena puntada en ese momento: llevaba puesta una diminuta tanga tricolor que dejaba al descubierto un tatuaje en la nalga derecha.

Cuando se montó sobre mí, sus movimientos ondulantes y sus jadeos no me permitieron prestar atención a los detalles que hubieran podido salvar mi alma. Al momento de lo que parecía el clímax de un orgasmo inminente, con los ojos encendidos y al grito de “¡NO AL DESAFUERO!”, se derrumbó sobre mi cuerpo clavándome sus filosos colmillos en el cuello y me sorbió el alma.

Me sentí desfallecer, mi cuerpo perdió el tono y hundido en un aturdimiento fatal lo atribuí a la venida espectacular que me hizo poner los ojos en blanco mientras la lengua se me pegó con tal fuerza al paladar que estuve a punto de asfixiarme.

Quedé deshilachado sobre la cama mientras ella bailaba desnuda, con los brazos abiertos y los senos flotantes, alrededor de la habitación tarareando “Pleased to meet yo, hope you guess my name...”. Apenas en flashazos fugaces alcanzaba a ver por instantes el tatuaje colorido de su hermosa nalga derecha.

Desconcertado y furioso apagué el reproductor y me senté con el odio creciéndome en las entrañas cuando la voz de mi cabeza se comenzó a volver cada vez más audible y por fin, pude distinguir que musitaba: “Careful With That Axe, Eugene”. ¡Carajo! ¡Por qué no escucho voces en español como todo el mundo!... y un grito desgarrador me congeló la sangre...

Al día siguiente sería la Marcha del Silencio y yo ya había perdido la emoción. La Luz de mis convicciones me levantó temprano y me llevó arrastrando los pies, con la mirada vaga, el pelo revuelto y portando una pancarta que decía:


“Contigo hasta la ignominia. Va mi alma en prenda”.

Ella marchaba orgullosa, rejuvenecida y bella...
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Imagen: Tlacuiloco


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