domingo, mayo 17, 2009

Ayer


Ayer pasó el pasado lentamente
con su vacilación definitiva
sabiéndote infeliz y a la deriva
con tus dudas selladas en la frente

ayer pasó el pasado por el puente
y se llevó tu libertad cautiva
cambiando su silencio en carne viva
por tus leves alarmas de inocente

ayer pasó el pasado con su historia
y su deshilachada incertidumbre/
con su huella de espanto y de reproche

fue haciendo del dolor una costumbre
sembrando de fracasos tu memoria
y dejándote a solas con la noche.



Mario Benedetti
14 de septiembre de 1920 - 17 de Mayo del 2009

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domingo, mayo 10, 2009

Llegó de Asia por vía humana


Se descubrió que...

Luis González de Alba


En Science del viernes 8, Jon Cohen publicó un magnífico seguimiento del brote de influenza atípica en México. Los orígenes del virus A H1N1 son confusos, pero el virus mismo ha servido para rastrear sus diversos pasos, dice Ruben Donis, jefe de virología molecular y vacunas en los CDC (Centers for Disease Control de Estados Unidos). Donis aisló el virus y determinó las secuencias de sus ocho genes, luego, generosamente, lo subió a Internet poniéndolo en GenBank, una base de datos pública. Así la información genética pueden emplearla laboratorios del mundo entero para desarrollar pruebas diagnósticas del nuevo virus.

El grupo de Donis ha empleado las propias secuencias genéticas para rastrear la sorprendente historia del virus. Cerca de un tercio de sus componentes viene de influenza porcina norteamericana ‘clásica’, otro tercio está tomado de influenza aviar norteamericana, y el tercio restante se divide igualmente entre influenza humana y porcina de Eurasia. “Es casi equidistante de los virus porcinos propios de Estados Unidos y de Eurasia”, dice Donis. “Y es una rama solitaria. No tiene ningún pariente cercano.”

La nota recuerda cuánto se ha especulado acerca de si el brote comenzó con un puerco infectado en México. La idea viene de que un caso temprano ocurrió en una región del estado de Veracruz donde hay una enorme granja de puercos. Se trata de Las Glorias, en la cercanía de Perote. “Pero Donis dice que esta explicación podría ser demasiado cómoda.” El origen es quizá algo más complejo, según Donis: “El virus pudo haberse originado en un cerdo de Estados Unidos que fue llevado a Asia como parte del comercio de cerdos; allá en Asia el virus pudo haber infectado a un humano, con el que luego viajó de regreso a América del Norte, donde el virus perfeccionó su diseminación humano a humano, y quizá hasta pasó de Estados Unidos a México”.

La doctora Celia Alpuche, microbióloga de enfermedades infecciosas del Instituto Nacional de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (InDRE), supo que en el cercano Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias se habían presentado varios casos de neumonía en adultos jóvenes, el grupo de población menos atacado por la influenza. Para el 7 de abril, ella y su grupo tenían claro que no estaban frente a un brote de influenza típica de la estación, ni ante una estación anormalmente larga. Había algo extraño.

De conformidad con este rastreo genético y geográfico, la doctora Alpuche señala que algunos de los primeros casos mexicanos ocurrieron en comunidades de alta inmigración a Estados Unidos. Una revisión de muestras anteriores, que se está llevando a cabo todavía, ha descubierto un caso en la Ciudad de México en fecha tan lejana como el 11 de marzo: como una semana antes de las infecciones confirmadas en Veracruz.

“Durante las semanas anteriores, los científicos han compartido rápidamente secuencias de los virus, imágenes digitales de rayos x de pacientes, micrografías electrónicas del nuevo H1N1”, dice la epidemióloga Mirta Roses Periago, al frente de la Organización Panamericana de la Salud. “Hasta el momento es la mejor vigilancia que hemos tenido en la historia”, dice Keiji Fukuda, uno de los directores de la Organización Mundial de la Salud”.

Para el 4 de mayo, el brote parecía haberse estabilizado. Pero algunos expertos avisan que el brote es todavía joven. “No creo que estemos fuera del bosque todavía”, dijo Anne Schuchat de los CDC en conferencia de prensa el pasado 3 de mayo. “No sabemos si el virus volverá en otoño y sea más fuerte que ahora”.

Donis señala que México y Estados Unidos se encuentran en el hemisferio norte, donde la estación de influenza común ha terminado, y eso nos pone en buena posición. “Los muchachos en Buenos Aires están en problemas. Ahora están entrando al invierno”.

“Así que, mientras los científicos y autoridades de salud en el norte podrían tener pronto una buena noche de sueño, las máquinas de hacer café espresso en los laboratorios y ministerios de gobiernos en el hemisferio sur podrían pronto tener trabajo extra.”

En otra nota, Martin Enserink y Jocelyn Kaiser se plantean el terrible dilema: ¿Deberían los fabricantes parar su producción de vacuna para influenza estacional, común, y enfocarse a la versión pandémica? Estos tópicos han sido tema de discusiones frenéticas, casi diarias, entre científicos, fabricantes de vacunas, instituciones y la Organización Mundial de la Salud.

Sopesemos este dato: la influenza o gripa común, mata en México a unas 13 mil personas por año sin ser noticia. La temporada va de mediados de octubre a mediados de marzo. Cada año el virus cambia y eso exige una nueva vacuna. El brote del nuevo virus ha causado unas 50 muertes en México. Los fabricantes no pueden hacer ambas vacunas. ¿Por cual votamos, la especial que ha matado a 50 o la estacional y común que mata a 13 mil?

Mi página web:

www.luisgonzalezdealba.com

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sábado, mayo 02, 2009

Puros cuentos

Pues resulta que han estado llegando a mi correo electrónico una serie de notas sobre la tristemente célebre influenza causada por el virus A(H1N1) y que inicialmente se llamaba Influenza Porcina y que luego la OMS rebautizó como Gripe AH1N1 y la Secretaría de Salud como Influenza Humana (y que algunos maliciosos llaman gripe mexicana y otros catarro californiano... total: ni a cuál irle.)


El caso es que algunos correos son sobre las medidas de prevención que hay que adoptar durante la crisis y otros contienen las más variadas y creativas teorías de la conspiración que me advierten sobre el imperio del mal que quiere aprovecharse de mi ingenuidad.

Y como en todo, pues hay de todo. Desde los que que descubren con zagacidad la coincidencia entre la reunión del grupo de los 20, la visita de Obama a México y el inicio de la emergencia (alguno de ellos me decía que allí se había tomado la decisión de salir de la crisis económica mundial reactivando la economía por medio de la fabricación masiva de vacunas, antivirales, tapabocas, jaleas desinfectantes y todo tipo de implementos igualmente inútiles. En verdad que me hizo llorar), hasta los que ven un complot panista para postergar unas elecciones que ya saben que van a perder.

Me ha llamado la atención especialmente una pregunta recurrente sobre si yo conozco o sé de alguien cercano que conozca a un muerto, o al menos un enfermo, de la dichosa influenza.

Mi respuesta, en todos los casos ha sido que no, y la razono diciendo que los eventos, por fortuna, son muy pocos en relación a los más de cien millones de habitantes de este país y, por lo tanto, la probabilidad de que cualquiera de nosotros conozca de manera directa un sólo caso es prácticamente nula. Y así espero que siga siendo. No me interesa conocer uno sólo, porque eso significaría que la enfermedad está muy cerca de mí y de la gente a la que amo.

Ahora he recibido otros correos en los que usando argumentos "lógicos" me dicen que eso es justamente lo que los conspiradores esperan que yo piense y por lo tanto, cual borrego, me deje guiar y encerrar con pasividad en mi casita, me imagino que reactivando la economía desde la cama, sin trabajo, sin escuelas, restaurantes, cines, museos, estadios, antros, bares y un sin fin de etcéteras... (si con esto no salimos de pobres es porque somos muy pendejos, de plano).

Otros, más informados, dicen que como la crisis económica va para peor, entonces se trata de asustarnos y encerrarnos en casita, otra vez cual borregos, con un tapabocas político y lavándonos las manos de manera obsesiva, para evitar que salgamos a las calles a protestar y a hacer la revolución (y, mientras tanto, la economía se reactivará sin trabajar, sin escuelas y etc... y desaparecerá la necesidad imperiosa de hacer la revolución.)

Tanta sabiduría me abruma y ya me pusieron a pensar. Creo que he vivido en un mundo virtual en el que me hacen creer cosas que no existen con fines malévolos. Y ahora me entero de que he creído los cuentos más fantásticos sólo porque alguien los ha soltado al viento.

Pensándolo bien, y luego de un sesudo análisis, me doy cuenta de que, siendo yo mismo de Ciudad Juárez, no conozco ni sé de alguien que de manera directa conozca a alguna de las Muertas de Juárez. Eso sí calienta.

Tampoco conozco, ni sé de alguien que de manera directa conozca a alguno de los muertos de Tlatelolco (en esto me parezco a Luis González de Alba, a él tampoco le consta uno solo.)

Lo que es peor, tampoco conozco de manera directa, ni sé de alguien cercano que conozca a alguno de los muertos de los sismos del 85.

Y lo que realmente me abruma, es la noticia repetida de que el virus de la gripe estacional cobra anualmente más de un millón de víctimas y yó, ingenuo de mí, no me había dado cuenta de que no conozco ni me consta tan siquiera un caso.

Esto ya me molesta. Alguien ha estado jugando con mi cerebro y, una de dos, o nada es cierto y he vivido engañado, o todo es cierto y el mundo se va a acabar en mis narices y yo en la pendeja. ¡Joder!

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