domingo, septiembre 11, 2005

Migración

En días pasados, el Centro Hispano Pew de los Estados Unidos, levantó una encuesta en México sobre de la intención que tienen los mexicanos de migrar hacia el norte.

La estadística derivada de la encuesta mostró datos reveladores que causaron conmoción en ambos lados de la frontera. Según esto, el 40% de los mexicanos en edad de trabajar quisieran o han pensado en irse a los Estados Unidos en busca de mejores oportunidades. Además el 20% estaría dispuesto a irse de manera ilegal (yo creo que todos estarían dispuestos a irse como sea).

Entre los datos reveladores está el hecho de que ya no hablamos de la migración habitual de mexicanos de bajos recursos, campesinos y obreros, sino de estudiantes de nivel medio y superior y hasta profesionistas. De hecho, los estudiantes que tienen la oportunidad de hacer un postgrado en una Universidad de prestigio del extranjero, difícilmente piensan en regresar a trabajar a nuestro país por falta de desarrollo en la investigación, en su carrera o en la industria. Si se pueden colocar fuera, mejor.

La encuesta nos da muchos datos interesantes, pero no los interpreta. No nos dice las causas de la migración. Y es que, como dice un amigo, ya sabemos que las estadísticas son como los bikinis: lo que muestran es importante... pero lo que ocultan es crucial.

La situación económica de nuestro país y la disparidad en el desarrollo tecnológico y en el nivel de vida de ambas naciones empujan a la población de México sin empleo, o sin los recursos necesarios para encontrar un mejor horizonte, a buscar una oportunidad al otro lado de la frontera. La diferencia entre los salarios es abrumadora y la posibilidad de ayudar a su familia desde allá es una realidad inobjetable. Las remesas millonarias que ayudan a mantener a nuestro superpeso en su nivel actual, nos lo demuestran con claridad.

Las lecturas que se hicieron de esta situación en ambos países fueron opuestas. Por un lado en los Estados Unidos, los grupos antiinmigrantes lo interpretaron como que en poco tiempo les iba a llegar una invasión de alienígenas mexicanos con el machete desenvainado para apoderarse del país y de todos los puestos de trabajo disponibles y con requerimientos de seguridad social y servicios comunitarios. ¡Y todos ilegales, para acabarla de amolar!. Levantaron voces para reforzar la vigilancia de la enorme frontera con México y terminar de levantar la nueva cortina de acero a niveles inaccesibles para impedir la llegada de los bárbaros del sur.

En México, por su parte, también hubo respuestas encontradas. El presidente Fox y su gabinete han expresado muchas veces que la gente que se va a trabajar al extranjero no lo hace por falta de oportunidades sino por deseos de superación. Y los partidos de oposición opinan que es una vergüenza que el 40% de los mexicanos se quiera ir del país, por las razones que sean.

Por otro lado, como lo expresó en mal momento el embajador Garza, un país cuya economía depende de los dólares del petróleo y de las remesas de los inmigrantes, no tiene política económica y punto. Duele que sea tan metiche, pero es cierto.

El próximo año tendremos la oportunidad de cambiar las estructuras del poder en México y contamos con los votos de los emigrados. Ojalá sepamos escoger.

¿Y ustedes qué opinan?

saludos

contreras