Realidad
Ya en otros foros habíamos definido la realidad como todo aquello que existe o sucede y que es ajeno a nuestra interpretación y que, muchas veces, escapa a nuestra percepción.
Percibimos la realidad a través de nuestros sentidos y estamos limitados por la configuración física de los mismos. De allí que tengamos que inventar aparatos como pudieran ser: microscopios, telescopios, lentes de visión infrarroja y hasta radiotelescopios para ayudar a nuestros ojos a ver aquello que está fuera de sus límites perceptuales. Asimismo construimos barómetros, termómetros, manómetros, contadores Geiger y un sin fin de artefactos que nos ayudan percibir y a medir aquellas partes de la realidad que quedan en los terrenos de las limitaciones propias de nuestros sentidos.
También, nos ayudamos del razonamiento y la especulación para intuir realidades no perceptibles. Esta forma de actuar nos ha llevado a descubrir cosas que no se han podido demostrar físicamente, como la existencia de algunas partículas subatómicas que nadie ha encontrado pero que son necesarias para explicar algunas teorías físicas.
En el terreno de la sicología resulta un poco más aventurado definir el término “realidad” porque, para efectos personales, nuestra realidad se compone sólo de aquellas cosas que somos capaces de percibir y de aquellas que, aunque no percibimos, creemos posibles a través de mecanismos deductivos o de nuestra formación educativa. Es decir, nuestra realidad subjetiva, aquella con la que vivimos a diario y que no depende de verdades científicas, esta estructurada dentro de un sistema complejo que toma en cuenta nuestro entorno, nuestras conductas, nuestras capacidades, nuestras creencias, nuestra identidad y nuestra espiritualidad. Y como todo esto es diferente en cada uno de nosotros, todos somos únicos y vivimos realidades distintas.
En este sentido estricto, si alguien dice que vio una película que le transformó su vida, está diciendo la verdad. Su vida no depende, para efectos personales, de verdades científicas y demostrables. La vida de millones de personas está regida por preceptos religiosos o por ideologías políticas que poco o nada tienen que ver con la ciencia pura y sus connotaciones experimentales. La realidad subjetiva no es demostrable ni lo necesita ser.
Estamos enmedio de dos discusiones distintas que no se han definido como tales: la validez científica de lo que afirma la película y la capacidad que tiene cualquier idea o creencia, representada por cualquier medio, para influir y transformar la vida de alguien.
La discusión, en este sentido, se encuentra empantanada entre la realidad objetiva y la percepción subjetiva. No estamos entonces hablando de la verdad, sino de nuestra verdad. Es un hecho que, en muchos sentidos, todos podemos confundir nuestra percepción de la realidad con la realidad misma (confundimos el mapa con el territorio que representa, Korsibsky dixit). Por eso estamos tan seguros de lo que decimos y lo defendemos con tanta vehemencia.
Saludos
contreras
Percibimos la realidad a través de nuestros sentidos y estamos limitados por la configuración física de los mismos. De allí que tengamos que inventar aparatos como pudieran ser: microscopios, telescopios, lentes de visión infrarroja y hasta radiotelescopios para ayudar a nuestros ojos a ver aquello que está fuera de sus límites perceptuales. Asimismo construimos barómetros, termómetros, manómetros, contadores Geiger y un sin fin de artefactos que nos ayudan percibir y a medir aquellas partes de la realidad que quedan en los terrenos de las limitaciones propias de nuestros sentidos.
También, nos ayudamos del razonamiento y la especulación para intuir realidades no perceptibles. Esta forma de actuar nos ha llevado a descubrir cosas que no se han podido demostrar físicamente, como la existencia de algunas partículas subatómicas que nadie ha encontrado pero que son necesarias para explicar algunas teorías físicas.
En el terreno de la sicología resulta un poco más aventurado definir el término “realidad” porque, para efectos personales, nuestra realidad se compone sólo de aquellas cosas que somos capaces de percibir y de aquellas que, aunque no percibimos, creemos posibles a través de mecanismos deductivos o de nuestra formación educativa. Es decir, nuestra realidad subjetiva, aquella con la que vivimos a diario y que no depende de verdades científicas, esta estructurada dentro de un sistema complejo que toma en cuenta nuestro entorno, nuestras conductas, nuestras capacidades, nuestras creencias, nuestra identidad y nuestra espiritualidad. Y como todo esto es diferente en cada uno de nosotros, todos somos únicos y vivimos realidades distintas.
En este sentido estricto, si alguien dice que vio una película que le transformó su vida, está diciendo la verdad. Su vida no depende, para efectos personales, de verdades científicas y demostrables. La vida de millones de personas está regida por preceptos religiosos o por ideologías políticas que poco o nada tienen que ver con la ciencia pura y sus connotaciones experimentales. La realidad subjetiva no es demostrable ni lo necesita ser.
Estamos enmedio de dos discusiones distintas que no se han definido como tales: la validez científica de lo que afirma la película y la capacidad que tiene cualquier idea o creencia, representada por cualquier medio, para influir y transformar la vida de alguien.
La discusión, en este sentido, se encuentra empantanada entre la realidad objetiva y la percepción subjetiva. No estamos entonces hablando de la verdad, sino de nuestra verdad. Es un hecho que, en muchos sentidos, todos podemos confundir nuestra percepción de la realidad con la realidad misma (confundimos el mapa con el territorio que representa, Korsibsky dixit). Por eso estamos tan seguros de lo que decimos y lo defendemos con tanta vehemencia.
Saludos
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