sábado, septiembre 02, 2006

Décima Luna

I
Luna que roba el aliento
de mi noche sin fortuna,
oscuridad cual ninguna
en los confines del viento.
Soplo de luna violento
en el atajo escondido,
luna de rostro afligido
asoma entre la nube
de la calina que sube
desde mi pecho abatido.

II
Niebla de luna sangrante
que repta sobre la tierra,
viejos tambores de guerra
oscurecen mi semblante.
Sombra de luna jadeante
se arrastra por el camino,
polvos de paso cansino
obnubilan la razón
y empujan al corazón
a su funesto destino.

III
Luz de reflejos volantes,
faro de luz mortecina,
el paso de la neblina
por los entornos variantes
marca los fuegos tronantes
de mis eternos dolores.
Espejo de mis errores,
luna de la mar en calma,
onda que me parte el alma
y lastima mis amores.

IV
Luna de luz apagada,
puerto de mares oscuros,
viento que rompe los muros
de mi angustia acumulada.
Viso de luz azulada
anida bajo los montes,
matiza mis horizontes
con sus reflejos mortuorios
y pinta los abalorios
de mis ocultos Carontes.

V
Luna que siembra de penas
mis noches atormentadas,
los ecos de mis cañadas
se pierden en las arenas
de los despojos que apenas
descubro que se han perdido
y encuentro un mar teñido
de sangre que se derrama
desde mi pecho en la cama
de mi espíritu dormido.


VI
Lago de luna dormida,
reflejo de mis amores,
la brisa de mis dolores
dificulta la partida.
Sombra de luna perdida
entre los bosques dolientes,
nube de rostros presentes
hiere mi alma oscura
con la feroz quemadura
de mis recuerdos silentes.

VII
Luna que bebo a sorbos
en las noches estrelladas,
canto de las alboradas
que derriba mis estorbos,
luz que alimenta los morbos
de mis sueños escondidos,
ruta de rumbos torcidos
en la búsqueda del ser,
todo por volverte a ver
en mis senderos perdidos.

VIII
Luna que llena mi alma
de romances y suspiros,
voz que transforma los giros
de mi soledad sin calma,
luz que se filtra en la palma
de mi jardín olvidado,
cuento fugaz recordado
en los instantes de sueño,
triste corazón sin dueño
por tus besos estrujado.

IX
Luna que devela a fondo
la humedad de mis noches,
recuento de los derroches
que entre mis manos escondo.
Canto que me cala hondo
con su lamento profundo,
voz que me aleja del mundo
y retuerce mis entrañas,
lago de lunas extrañas
entre tus aguas me hundo.

X
Testigo de los despojos
que retuercen mi camino,
luna de mi cruel destino,
senda plagada de abrojos,
cruel ansiedad en los ojos
de tu apariencia moruna,
loca presencia de una
inmensidad encendida
que envuelve nuestra vida
en el brillo de la luna.


luis david

12 Comentarios:

Blogger ErosGod1 dijo que...

Don David, gracias por compartir con los profanos los destellos de tu don.

12:43 p.m.  
Blogger Luis David dijo que...

¿Y quiénes son los profanos, tú?

Gracias por la visita.

8:21 p.m.  
Blogger Tita dijo que...

ahhhh ¡¡¡¡ maravilloso... tengo que dibujarle algo a esta obra de arte ...

besos

3:41 p.m.  
Blogger Luis David dijo que...

Ya estoy paladeandolo.

Gracias

8:08 p.m.  
Blogger Dog_save_us_from_God dijo que...

Regresé a leer la décima...

ya desde en denantes me asumía como lunático, además que siempre he presumido de vivir en el mismísimo "Ombligo de la Luna" e hilando ideas, Francisco Umbral en su Tratado de Perversiones dice que el centro erógeno por excelencia es el ombligo, ya que no diferencia, sino asemeja sexos.

Y con los aconteceres de hoy, necesitaba un espacio donde trucar el enfado por una caricia al sentimiento.

12:04 a.m.  
Blogger tlacuiloco dijo que...

Definitivamente somos premiados los que, con terquedad, abrimos diario (a veces mas de 4 veces en un solo día) este Blog, con la esperanza de encontrar las palabras, las letras, la pluma, el teclado, el corazón de este grandísimo Contreras.
Bravo.

7:36 p.m.  
Blogger Darío Zetune dijo que...

Y güeno, me gusta, me gusta el ritmo que tienes, las metáforas y demás. Caray que impresión!. Le dejo aquí otro poema sobre la Luna, ay nomás como un pequeño homenaje al varón von Contreras:

LA LUNA
JORGE LUIS BORGES

Cuenta la historia que en aquel pasado
Tiempo en que sucedieron tantas cosas
Reales, imaginarias y dudosas,
Un hombre concibió el desmesurado

Proyecto de cifrar el universo
En un libro y con ímpetu infinito
Erigió el alto y arduo manuscrito
Y limó y declamó el último verso.

Gracias iba a rendir a la fortuna
Cuando al alzar los ojos vio un bruñido
Disco en el aire y comprendió, aturdido,
Que se había olvidado de la luna.

La historia que he narrado aunque fingida,
Bien puede figurar el maleficio
De cuantos ejercemos el oficio
De cambiar en palabras nuestra vida.

Siempre se pierde lo esencial. Es una
Ley de toda palabra sobre el numen.
No la sabrá eludir este resumen
De mi largo comercio con la luna.

No sé dónde la vi por vez primera,
Si en el cielo anterior de la doctrina
Del griego o en la tarde que declina
Sobre el patio del pozo y de la higuera.

Según se sabe, esta mudable vida
Puede, entre tantas cosas, ser muy bella
Y hubo así alguna tarde en que con ella
Te miramos, oh luna compartida.

Más que las lunas de las noches puedo
Recordar las del verso: la hechizada
Dragon moon que da horror a la halada
Y la luna sangrienta de Quevedo.

De otra luna de sangre y de escarlata
Habló Juan en su libro de feroces
Prodigios y de júbilos atroces;
Otras más claras lunas hay de plata.

Pitágoras con sangre (narra una
Tradición) escribía en un espejo
Y los hombres leían el reflejo
En aquel otro espejo que es la luna.

De hierro hay una selva donde mora
El alto lobo cuya extraña suerte
Es derribar la luna y darle muerte
Cuando enrojezca el mar la última aurora.

(Esto el Norte profético lo sabe
Y tan bien que ese día los abiertos
Mares del mundo infestará la nave
Que se hace con las uñas de los muertos.)

Cuando, en Ginebra o Zürich, la fortuna
Quiso que yo también fuera poeta,
Me impuse. como todos, la secreta
Obligación de definir la luna.

Con una suerte de estudiosa pena
Agotaba modestas variaciones,
Bajo el vivo temor de que Lugones
Ya hubiera usado el ámbar o la arena,

De lejano marfil, de humo, de fría
Nieve fueron las lunas que alumbraron
Versos que ciertamente no lograron
El arduo honor de la tipografía.

Pensaba que el poeta es aquel hombre
Que, como el rojo Adán del Paraíso,
Impone a cada cosa su preciso
Y verdadero y no sabido nombre,

Ariosto me enseñó que en la dudosa
Luna moran los sueños, lo inasible,
El tiempo que se pierde, lo posible
O lo imposible, que es la misma cosa.

De la Diana triforme Apolodoro
Me dejo divisar la sombra mágica;
Hugo me dio una hoz que era de oro,
Y un irlandés, su negra luna trágica.

Y, mientras yo sondeaba aquella mina
De las lunas de la mitología,
Ahí estaba, a la vuelta de la esquina,
La luna celestial de cada día

Sé que entre todas las palabras, una
Hay para recordarla o figurarla.
El secreto, a mi ver, está en usarla
Con humildad. Es la palabra luna.

Ya no me atrevo a macular su pura
Aparición con una imagen vana;
La veo indescifrable y cotidiana
Y más allá de mi literatura.

Sé que la luna o la palabra luna
Es una letra que fue creada para
La compleja escritura de esa rara
Cosa que somos, numerosa y una.

Es uno de los símbolos que al hombre
Da el hado o el azar para que un día
De exaltación gloriosa o de agonía
Pueda escribir su verdadero nombre.

9:29 a.m.  
Blogger Darío Zetune dijo que...

mmmm, estuve checando tu archivo, y me encuentro con el cuento "San Juditas Indocumentado". Está harto bonito... pero no terminé de entender los comentarios a tu cuento... No me parece complicado, así se suele conversar, más entre gente de pueblos, no es un ensayo para tener los temas ordenados...

En fin.

Por cierto, el título me gustó mucho "San Juditas Indocumentando", caray!

9:56 a.m.  
Blogger Luis David dijo que...

Gracias camaradas.

Qué bueno que pasaron por aquí.

Muchas gracias Serch por el poema de Borges. Grande como todo lo suyo.

El asunto del Juditas Indocumentado nace de una serie de artículos que escribí para una revista que editaba la comunidad latina de Missouri, USA.

En una de esas se me ocurrió escribir ese cuento para ilustrar de una forma menos académica el asunto de los migrantes indocumentados. Luego se los dieron a leer a los chavos de la prepa y les pidieron escribir un mensaje al editor sobre los artículos y, tal parece que los chavos no supieron de qué se trataba.

Me pareció muy válida su respuesta aunque muy ingenua y por eso los publiqué.

Están buenos... ¿a poco no?

11:51 a.m.  
Blogger YKR dijo que...

Exlentísimo Señor Don Luis David,Barón von Contreras: Concuerdo con el maestro Tlacuiloco respecto a los poderes adictivos de su blog... Qué cosa tan maravillosa es la décima que nos ha regalado, caballero!!!

Un abrazo con mucha admiración y cariño.

3:45 p.m.  
Blogger HL dijo que...

Señor poeta!
Usted es maravilloso!

8:47 p.m.  
Blogger Luis David dijo que...

Gracias, niña linda.

besos

10:00 a.m.  

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