domingo, septiembre 03, 2006

Romance Sonámbulo

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Federico García Lorca en la voz de Rafael Alberti
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Manuscrito original del Romance Sonámbulo
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Ilustración original del Romance Sonámbulo
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Verde que te quiero verde.
Verde viento, verdes ramas.
El barco sobre la mar
y el caballo en la montaña.
Con la sombra en la cintura
ella sueña en su baranda,
verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.
Verde que te quiero verde.
Bajo la luna gitana,
las cosas la están mirando
y ella no puede mirarlas.
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Verde que te quiero verde.
Grandes estrellas de escarcha
vienen con el pez de sombra
que abre camino del alba.
La higuera frota su viento
con la lija de sus ramas,
y el monte, gato garduño,
eriza sus pitas agrias.
Pero ¿Quién vendrá? ¿Y por dónde...?
Ella sigue en su baranda,
verde carne, pelo verde,
soñando en la mar amarga.

-Compadre, quiero cambiar

mi caballo por su casa
mi montura por su espejo,
mi cuchillo, por su manta.
Compadre, vengo sangrando,
desde los puertos de Cabra.
-Si yo pudiera, mocito,
ese trato cerraba.
Pero yo ya no soy yo,
Ni mi casa, es ya mi casa.
-Compadre quiero morir
decentemente en mi cama.
De acero, si puede ser,
con las sábanas de holanda.
¿No ves la herida que tengo
desde el pecho a la garganta?
-Trescientas rosas morenas
lleva tu pechera blanca.
Tu sangre rezuma y huele
alrededor de tu faja.
Pero yo ya no soy yo,
ni mi casa es mi casa.
-Dejadme subir al menos
hasta las altas barandas;
¡dejadme subir!, dejadme,
hasta las verdes barandas.
Barandales de la luna
por donde retumba el agua
.
Ya suben los dos compadres
hacia las altas barandas.
Dejando un rastro de sangre.
Dejando un rastro de lágrimas.
Temblaban en los tejados
farolillos de hojalata.
Mil panderos de cristral
herían la madrugada
.

Verde que te quiero verde,
verde viento, verdes ramas.
Los dos compadres subieron.
El largo viento dejaba
en la boca un raro gusto
de hiel, de menta y de albahaca.
¡Compadre!¿Dónde está, dime
dónde está tu niña amarga?
¡Cuántas veces te esperó!
¡Cuantas veces te esperara,
cara fresca, negro pelo,
en esta verde baranda!
Sobre rostro del aljibe
se mecía la gitana.
Verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.
Un carámbano de luna
la sostiene sobre el agua.
La noche se puso íntima
como una pequeña plaza.
Guardias civiles borrachos
en la puerta golpeaban.
Verde que te quiero verde.
Verde viento, Verdes ramas.
El barco sobre la mar.
y el caballo en la montaña.

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13 Comentarios:

Blogger Unknown dijo que...

que chido.

pero pásele x acá chato...

12:41 p.m.  
Blogger tlacuiloco dijo que...

Luis David:
¿de donde consigues todas estas maravillas?.
Oye, se te extraña...como me hace falta que nos demos un buen abrazo y un apretón de manos...como se estilaba antes.

9:50 p.m.  
Blogger Luis David dijo que...

Gracias por tu visita, Tlacuilo.

Si todo sale como lo tengo previsto nos vamos a celebrar al grito en el Zócalo con ustedes.

Ya sólo es cuestión de buscar un punto de reunión y una hora precisa.

Besos a Maru

12:57 p.m.  
Blogger Dog_save_us_from_God dijo que...

Siempre se aprende algo nuevo, conocí y repetí frecuentemente el estribillo; sobre todo cuando de warrior golden se trataba.

Y la voz de Alberti, parece verdaderamente sonámbula.

Saludos.

1:06 p.m.  
Blogger Darío Zetune dijo que...

mmm, Lorca!! qué decir de ese poeta que tanto quiero!!

El lunes en la Fac hubo un recital. Maravilloso.

Y bueno, de sus poemas, uno de mis favoritos es la Elegía que sigue.

Saludos!

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Federico García Lorca (1898 - 1936)

ELEGIA A DOÑA JUANA LA LOCA
Diciembre de 1918
(Granada)
A Melchor Fernández Almagro

Princesa enamorada sin ser correspondida.
Clavel rojo en un valle profundo y desolado.
La tumba que te guarda rezuma tu tristeza
a través de los ojos que ha abierto sobre el mármol.

Eras una paloma con alma gigantesca
cuyo nido fue sangre del suelo castellano,
derramaste tu fuego sobre un cáliz de nieve
y al querer alentarlo tus alas se troncharon.

Soñabas que tu amor fuera como el infante
que te sigue sumiso recogiendo tu manto.
Y en vez de flores, versos y collares de perlas,
te dio la Muerte rosas marchitas en un ramo.

Tenías en el pecho la formidable aurora
de Isabel de Segura. Melibea. Tu canto,
como alondra que mira quebrarse el horizonte,
se torna de repente monótono y amargo.

Y tu grito estremece los cimientos de Burgos.
Y oprime la salmodia del coro cartujano.
Y choca con los ecos de las lentas campanas
perdiéndose en la sombra tembloroso y rasgado.

Tenías la pasión que da el cielo de España.
La pasión del puñal, de la ojera y el llanto.
¡Oh princesa divina de crepúsculo rojo,
con la rueca de hierro y de acero lo hilado!

Nunca tuviste el nido, ni el madrigal doliente,
ni el laúd juglaresco que solloza lejano.
Tu juglar fue un mancebo con escamas de plata
y un eco de trompeta su acento enamorado.

Y, sin embargo, estabas para el amor formada,
hecha para el suspiro, el mimo y el desmayo,
para llorar tristeza sobre el pecho querido
deshojando una rosa de olor entre los labios.

Para mirar la luna bordada sobre el río
y sentir la nostalgia que en sí lleva el rebaño
y mirar los eternos jardines de la sombra,
¡oh princesa morena que duermes bajo el mármol!

¿Tienes los ojos negros abiertos a la luz?
O se enredan serpientes a tus senos exhaustos...
¿Dónde fueron tus besos lanzados a los vientos?
¿Dónde fue la tristeza de tu amor desgraciado?

En el cofre de plomo, dentro de tu esqueleto,
tendrás el corazón partido en mil pedazos.
Y Granada te guarda como santa reliquia,
¡oh princesa morena que duermes bajo el mármol!

Eloisa y Julieta fueron dos margaritas,
pero tú fuiste un rojo clavel ensangrentado
que vino de la tierra dorada de Castilla
a dormir entre nieve y ciprerales castos.

Granada era tu lecho de muerte, Doña Juana,
los cipreses, tus cirios; la sierra, tu retablo.
Un retablo de nieve que mitigue tus ansias,
¡con el agua que pasa junto a ti! ¡La del Dauro!

Granada era tu lecho de muerte, Doña Juana,
la de las torres viejas y del jardín callado,
la de la yedra muerta sobre los muros rojos,
la de la niebla azul y el arrayán romántico.

Princesa enamorada y mal correspondida.
Clavel rojo en un valle profundo y desolado.
La tumba que te guarda rezuma tu tristeza
a través de los ojos que ha abierto sobre el mármol.

5:19 p.m.  
Blogger Luis David dijo que...

Axel: verde, pero no tan verde. Así no prende. jeje

Gracias Serch por la elegía. Lorca es una presencia constante.

un abrazo

7:51 p.m.  
Blogger Colibrí dijo que...

verde que te quiero verde, pero en el zócalo

abrazo

11:56 p.m.  
Blogger Chilanga Catastrófica dijo que...

Paso a dejarte un fuerte abrazo!! y qué maravilla encontrarme con Lorca. Siempre me remite a mi Abuelo, él fue quien me lo presentó... Un abrazo fuerte, fuerte.

6:56 p.m.  
Blogger YKR dijo que...

Joer, siempre que me alejo unos días de blogger me encuentro con que has venido al D.F.!!!

Snif!!!

Abrazo.

5:49 p.m.  
Blogger Luis David dijo que...

Pues no te alejes tanto. jeje

un abrazo

9:11 p.m.  
Blogger Colibrí dijo que...

¿por qué ya no posteas?
¿la vida va bien?
¿estás en un receso verde?

pensaba; a propósito de escuchar en otra voz a Lorca; en todos aquellos poetas a quienes algunos les ponen música.

definitivo, para mi, nadie como Nicolás Guillén.

un poema es escrito ya es algo, si es cantado ahí la lleva, pero si es bailado, ya la hizo, ¿no te parece?

una porra al negro Guillén (en este post de García Lorca...para no dejar de ser Contreras)

te abrazo Chito, juerte juerte juerte

11:34 a.m.  
Blogger Ernesto dijo que...

uno de mis favoritos

2:34 p.m.  
Blogger Luis David dijo que...

Y de los míos

saludos

9:59 a.m.  

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